Abro mi ordenador para seguir trabajando en ese álbum sobre el que os hablaba en mi último post e, irremediablemente, hago click en mi página y entro a ver qué hay de nuevo. Me encuentro con vuestros comentarios pero sobretodo con uno que me llega al alma.
Pienso que es maravilloso poder tener amigos con quien hablar, pero es mucho más maravilloso saber que todo lo que les cuentas llega a sus oidos, que te escuchan de veras, que hasta los detalles más nimios no se les pasa por alto.
Y, ¡mira!, después de haber leido ese comentario, me apetece contaros una cosita.
Os contaré cómo vamos a festejar el cumple de mi madre.
No sólo le vamos a regalar "el álbum de su vida". Primero, previo engaño, una nieta, con la escusa de que tiene que ir a ver a una diseñadora de ropa del Pirineo, le llevará hasta una casa perdida en el valle de Añisclo y allí estaremos todos esperándole, con pancarta incluida, que diga:
FELICIDADES TERESA, TE QUEREMOS
Pasaremos con ella todo el fin de semana. Dormiremos todos los hermanos juntos como no lo hacemos desde hace más de treinta años; todos bajo el mismo techo, todos cenaremos juntos y todos compartiremos las tostadas del mismo desayuno. Haremos la fiesta del pijama, y jugaremos y beberemos y volveremos a jugar, todos juntos...¡Divertidísimo...! ¡Somos veinte! Sus cinco hijos con sus nietos.
Cuando me imagino la cara de mi madre me emociono, esa cara llenita de arrugas, esa cara que emana tanta bondad, tanta entrega, tanta dulzura.
Pienso que llegar a esa edad como ella lo hace, con su cabeza bien "puesta", con ese pensamiento tan positivo sobre todo lo que acontece, cumplir ochenta años y poder disfrutar de la felicidad de tus cinco hijazos, de tus nueve nietos, tiene que ser un placer de dioses.
Y así visualizo ese fin de semana: dos días llenos de emociones, de compartir, de risas, de muchísimas risas, de lloros de felicidad, de desear ser así cuando yo sea mayor, de saberla imitar, de copiar su paciencia y no caer en mis intentos, de saber dar tanto y tanto amor.
Dicen que amar es dar.
Mi madre es lo que ha hecho toda su vida: amar, amar a todo el mundo que hemos pasado a su vera.
Y vuelvo a leer el comentario de mi amigo en mi ultimo post y recojo sus propuestas. Se las comentaré a mis hermanos porque me han llegado al alma.
;-) ¡No sabes lo orgullosa que estoy de tenerte en mi vida! Hay veces que me siento tan feliz que hasta me da miedo...
Aysss... ¡el amor!